Al tener varias bicis, decidimos atarlas unas con otras, dejándolas junto a la fachada. Mientras realizábamos esa operación apareció don José Beulas persiguiendo a uno de sus perros, que se había fugado aprovechando un descuido. Aprovechamos la ocasión para comentarle la oportunidad de instalar un aparcabicis de los de verdad junto a la puerta del museo. El nos contestó que no había caído en ello y que se lo diría a la directora del centro.
Después de unos meses, nos podemos felicitar por ello y animamos a visitar el CDAN en bici, ya que podemos combinar un agradable paseo con una visita interesante.
En el caso del Ayuntamiento, esperamos que una vez se apruebe el Plan de Movilidad, se subsane la falta de aparcabicis, especialmente en centros públicos, aunque ya se aprobó dos veces en el Pleno, en 2006 y en 2008.
En cuanto a Mercadona, es especialmente sangrante por dos razones: porque no permite que sus trabajadores guarden su bici en sus instalaciones y porque se toma muchas molestias en facilitar el acceso en coche (siendo supermercados de barrio). No han dudado en crear un gran aparcamiento en el solar de la cárcel y, sin embargo, no han tenido la decencia de poner un triste aparcabicis (270 euros para 8 bicis), a pesar de que se solicitó, tanto al anterior gobierno municipal como a la propia empresa. Estamos seguros, que no tardarán en hacer una campaña vendiéndonos lo ecológicos que son como con el tema de las bolsas, con el que se han colgado la medallita, dejan de pagar el canon de reciclaje y encima trasladan el coste de las bolsas a los clientes. Si el Estado les cobrara un canon por cada plaza de aparcamiento, a la semana siguiente instalarían aparcabicis de sobra, dada su gran conciencia ecológica. Todo se andará.
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