domingo, 3 de noviembre de 2019

CICLISTAS INVISIBLES


     

     Se fue el verano y, aunque las temperaturas todavía son agradables, la oscuridad se cierne sobre las calles. El número de ciclistas ha aumentado notablemente en los últimos años pero su visibilidad sigue siendo bastante deficiente, no sólo para los políticos más anclados en el pasado, también para el resto de conductores.
     Actualmente existe una amplia oferta de dispositivos que iluminan nuestra ruta y nos hace visibles para el resto de usuarios. Tan importante es lo primero como lo segundo. Mucha gente se confía a la iluminación de las calles, sin embargo, aunque pueda parecer suficiente para guiar nuestro desplazamiento no lo es tanto para evitar un accidente por atropello.
     Independientemente de los daños físicos y materiales propios  puede haber responsabilidad civil por no cumplir la normativa vigente. Se puede hacer responsable al ciclista de las consecuencias de un accidente, tanto económicas como penales (hasta seis años de cárcel), simplemente por no circular adecuadamente. Por otra parte, es factible que las aseguradoras no se hagan cargo de indemnizaciones en caso de carecer de iluminación.
     En las bicicletas podemos disponer de iluminación propia, con alimentación por dinamo o baterías, o iluminación auxiliar, alimentada por baterías o electro-imanes. En este caso, los faros y pilotos más eficientes son los de leds con batería recargable, de los que tenemos un amplio abanico de calidades y potencias. Para la ciudad es suficiente un juego de luces sencillo, que podemos conseguir a partir de diez euros, un precio insignificante en comparación con todo lo que nos estamos arriesgando.
    En ciudad tenemos de que disponer de catadióptrico rojo detrás y luces de posición delante y detrás. En zonas interurbanas es obligatorio llevar además una prenda reflectante, aunque es muy recomendable llevar un foco suficientemente potente para garantizar un campo de visión acorde a nuestra velocidad.
     Es obvio decir que cuanta mayor emisión de luz (lúmenes) y superficie reflectante más seguro será nuestro desplazamiento. “No lo he visto” es la primera excusa que ponen los conductores ante un atropello, así que hazte ver y te harás respetar.