viernes, 18 de abril de 2014

No hubo milagro

Siendo viernes santo no pudo ser el milagro, porque hubiese sido un milagro que un Renault Espace pudiese recorrer el sendero que circunvala la alberca de Loreto. No hay que acusar al conductor de no intentarlo, pero sí que hay que advertir al Ayuntamiento que hay que señalizar los senderos correctamente para que los coches no se metan por todas partes, para deleite de paseantes y ciclistas. Es penoso el uso que se le da a la alberca: gente que se baña con los perros persiguiendo a las aves o familias con niños tirando piedras al agua, los observatorios como vertedero de basuras, botellón motorizado en la ermita, etc. 

Son pocos los parajes naturales en la capital, pero algunos se empeñan en destrozarlos. La gente se queja mucho de las multas, pero parece que es lo único que entienden los incívicos.

Sendero alberca de Loreto
Los caminos recién reparados han servido para fomentar el ejercicio físico, pero también para que algunos arrasen las curvas con su coche. Habiendo otros caminos para acceder a Loreto no se entiende porque se permite el paso indiscriminado a vehículos motorizados por el camino natural y que provocan molestas nubes de polvo y peligro de atropello. De nada sirve la inversión realizada si no se dedica a su fin.

Tampoco se entiende porque no se ha limpiado el tramo urbano de la vía ferroviaria, que sería un alivio para los ciclistas que transitan en esa zona. Por ahora sigue siendo un retrete canino.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con el artículo. Yo no soy un ejemplo de civismo en muchos aspectos, pero me gusta oedalear por sitios bonitos y los caminos y pistas de los alrededores de Huesca dan verdadero asco.

    En cuanto al comportamiento de alguna gentuza que pulula por esos sitios... yo he visto de todo, y dido de todo, a plena luz del día en los observatorios de la alberca de Loreto.

    Sin querer incitar a nadie a la violencia, sólo espero que no me provoque uno de estos bárbaros. Por su bien.

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