jueves, 18 de octubre de 2018

Huesca en Bici pide mejoras en la movilidad


La Asociación Huesca en Bici ha presentado sendas instancias al Ayuntamiento de Huesca, una para que marquen ante los semáforos reguladores del tráfico motorizado una zona reservada a los ciclistas y otra para que las ordenanzas municipales que afecten a la seguridad vial permitan el uso de remolques para niños tirados por bicicletas.

La finalidad de estas zonas reservadas es que los ciclistas no queden detenidos entre el tráfico a la espera de que se abra el semáforo, puesto que existe riesgo de atropello al haber una alta disparidad de pesos, volúmenes y aceleración. Los ciclistas suelen hacer movimientos en zigzag al arrancar, lo que genera alto riesgo de ser atropellados al arrancar en un semáforo si están entre los coches o son adelantados. Otro factor grave para la salud es la exposición a los humos de escape.

Este sistema también contribuye al calmado del tráfico al situar a los vehículos más lentos delante. La zona de espera avanzada consiste en una marca vial pintada junto al semáforo, de tres a cuatro metros de ancho a lo largo de todo el carril, de modo que las bicicletas quedan delante del tráfico motorizado en espera de que se abra el semáforo. Ya existe una zona de espera avanzada conectada al carril bici en el extremo Oeste de la avenida de Ramón y Cajal. Esta innovación urbanística está siendo instaurada en todas las ciudades que apuestan por la bicicleta como elemento de movilidad activa y sostenible. 


Respecto a la segunda instancia, dado que la competencia para regular el transporte de personas en remolques para bicicletas corresponde a cada ayuntamiento, por lo que Huesca en Bici solicita que la circulación de remolques para transporte de niños tirados por bicicletas, así como cargociclos y bicicletas diseñadas para el transporte de varias personas, de uso habitual en otros países europeos, sean permitidas específicamente en la Ordenanza General de Tráfico del Ayuntamiento de Huesca. Estos vehículos son ideales para sustituir al coche en los trayectos urbanos, mejorando sustancialmente la calidad del aire y la seguridad vial, especialmente en el entorno de los colegios y, por ende, en toda la ciudad. Su utilización en otros países demuestra que son vehículos seguros y útiles para el transporte de niños.