Fuente: Valencia en Bici-ConBici
La "Administración" (que tiene caras, nombres y apellidos no se olvide) tiene tendencia a regular en demasía la vida social e íntima de las personas. Es una tendencia justificada en el caso en el que las actitudes personales puedan dañar la salud o vida del prójimo (vease los efectos del fumar en terceras personas), o del medio ambiente natural y social en el que vivimos. Sin embargo, nos parece totalmente injustificada en tanto que paternalista cuando interfiere en la vida íntima de las personas adultas cuando estas no provocan daños a terceros (vease por ejemplo el caso de la obligatoriedad a llevar elementos de autoprotección, sea cascos, cinturones o cualquier otro elemento dónde el único damnificado es el individuo que los porta o deja de portar).
La "Administración" (que tiene caras, nombres y apellidos no se olvide) tiene tendencia a regular en demasía la vida social e íntima de las personas. Es una tendencia justificada en el caso en el que las actitudes personales puedan dañar la salud o vida del prójimo (vease los efectos del fumar en terceras personas), o del medio ambiente natural y social en el que vivimos. Sin embargo, nos parece totalmente injustificada en tanto que paternalista cuando interfiere en la vida íntima de las personas adultas cuando estas no provocan daños a terceros (vease por ejemplo el caso de la obligatoriedad a llevar elementos de autoprotección, sea cascos, cinturones o cualquier otro elemento dónde el único damnificado es el individuo que los porta o deja de portar).
Aunque la tendencia a inmiscuirse en la vida privada de las personas
pueda parece algo paternalista y patológica, no nos engañemos, la
mayoría de las veces esconde incapacidades o connivencia con poderes
fácticos difíciles de combatir. Si así no fuera, lo lógico sería
prohibir los coches, causantes de muertes no solo de ciclistas sino de
ciudadanos en general sea por choque o sea por contaminación de las
ciudades y de otros efectos "colaterales" de los que son portadores ( y
crean nos que no pasaría nada, pues múltiples son las formas de
desplazarse mucho más seguras y menos dañinas). Es por ello, que
determinados "administradores" están llevando a cabo desde hace tiempo
una campaña para supuestamente proteger la vida de los "administrados"
que van en bicicleta y cuyo eje principal comenzó con la obligación de
llevar casco en vías interurbanas y parece que continúa con su expansión
a las vías urbanas.
Como ya avanzamos en otro artículo de esta web, la obligatoriedad del
casco para ciclistas en vías interurbanas en España no ha conseguido
descender la accidentabilidad ni el número de muertos entre los
ciclistas. Cierto es que a penas hay estudios en nuestro país al
respecto, pero los pocos que hay con el último de MAPFRE a la cabeza no
confirman que esa medida haya obtenido resultados positivos respecto
para lo que se dice que se concibió.
No obstante hemos traducido del inglés un completo informe que
desmonta los posibles beneficios que para el ciclismo y los ciclistas
reporta la obligatoriedad del casco para ciclistas, y que podéis leer en
el adjunto en pdf (leer todo).
Mira, Juanito! Su cabeza está intacta. Lleva siempre el casco cuando montes en bici! |
El primer apartado no me parece para nada acertado, salvo que se matice que se habla únicamente de sistemas de autopotección que no demuestren una disminución clara del riesgo, como indica el posterior estudio del casco para bicicleta.
ResponderEliminarCuando se comenta "sea cascos, cinturones o cualquier otro elemento dónde el único damnificado es el individuo" espero que no se trate de generalizar con cascos de moto o cinturones de seguridad de coche elementos de autoprotección probados y totalmente eficaces en la reducción de la gravedad de las lesiones en caso de accidentes.
Desde el mismo momento en que nuestra sanidad es pública, el que un individuo no se proteja a sí mismo y se autoprovoque un daño por no utilizar algun tipo de protección que podría haber evitado o reducido el riesgo de lesión, está incurriendo en un gasto inecesario a terceros en términos de atención sanitaria.